Uno de los defectos del ecologismo es que necesita de eslóganes claros y potentes para llamar la atención del público y que se solidaricen o sumen a una determinada causa. Este hecho en sí no es un defecto, pero en la práctica nos lleva a perpetuar una serie de falacias en el inconsciente colectivo que no por ser menores dejan de ser importantes.
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